CUANDO ME DESPERTÉ HABÍA UN CADAVER EN MI HABITACIÓN
Cuando me desperté había un cadaver en mi habitación, cada vez que lo veía me acordaba de lo que había hecho, esa acción que inexplorablemente supe guiar con mi cerebro se llenó de inseguridades, desorientándome de mi objetivo, el mismo de el de aquella llamada, aún así fui al trabajo, hoy me tocaba incinerar a una mujer.
Esa señora que todos los días la veía, hablaba con ella y me preocupaba de sus inquietudes, todo aquello me llevó a preguntarme porque hacerlo pero lo hice sin realmente ser consciente de lo que iba a llevar a cabo.
Tristemente para ella solo fue un sonido ensordecedor, tras un abismo de tranquilidad, para mi, un asalto a las intimidades más ocultas y de las que nunca creí hacer. Así fué como mi trabajo, se vio reflejado en incinerar a mi madre.
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